miércoles, 2 de diciembre de 2015

La nostálgica ida a volver de Roco

Un día Rocco se cuestionó el por qué le habían hecho pensar que el sabía todo, que podía todo y sobre todo que estaba en todo, como si fuera aire. Aire, aire, aire, una palabra tan tonta, pensaba.
Roco entendía bastante bien cosas simples, y con eso transitaba por la existencia, pero, ¿y todo lo demás?
Tenía la sensación de que eso que él sentía no era todo, cargaba una nostalgia permanente, era tanta que ya no la notaba, se hacía parte de su existencia, como cuando se ponía un perfume y a los poco minutos ya no lo olía, así era su nostalgia, la cargaba siempre. Un buen día, como casi nunca en la vida du Rocus, decidió dejar esta vaina botada, "ya no te quiero" gritó a los siete mil trescientos veinticinco aires (número máximo que alcanzó a contar mientras pensaba.) Hoy te abandono, y no es que te odie, le dijo, no es que no te desee, no es que ya no me hagas falta, es simplemente que así lo he decidido... Hubo un silencio largo, de esos bíblicos que duran centenios, o decenios, o trescenios. En fin un silencio. Y Roco partió. Roco nació, creció, se emparejó, se embarazó, se endeudó, se alegró, se peleó, se divorció, se enjuició, se arrepintió, se emborrachó, se enmozó, se deprimió, se esperanzó, se ahuevó, se remordió, se bajoneó, se alocó, se encanó, se cuestionó, se artistoideó, se buscó, se engañó, no se encontró y entonces cogió sus cuatros trapos y se volvió. Retrocedieron los centenios, lo milenios y hasta tres trescenios y quiso encontrar eso que había abandonado, pero ya nunca lo logró. Así como quien busca su unicornio azul, así busca Roco su nostalgia, esa nostalgia estúpida, inexplicable, que siempre le llevaba al mismo punto, el que le hacía partir.

martes, 24 de noviembre de 2015

Rocco de poet!

Haciendo un paréntesis a todo, un día Rocco escribió a la orilla de una playa lo siguiente:

Estar atrapado es un milagro sin santo, como correr desnudo en un cubo. No sirve, no existe, hasta que aparece tu abuelo y constantemente te explica, aunque ya no exista, que el amor se hace hasta que uno es viejo. Que el capricho es un bicho, que te nubla, que el rencor, la ira, la ansiedad y el miedo, es lo que te limita de la verdad. Y que solo uno en esta belleza sin culpa, sin moral y sin prisa, tal vez le encuentre la sonrisa a esta vida. Que le han puesto valor los ricos, los pobres y los sabios; y también los neutrales, los que encuentran el sentido en el viaje.
No es ni la paz, ni el amor, ni la rebeldía, ni dominar la ansiedad de pensar que ya es de día.
Es la célula, pensar que es igual, que aunque no rima, el de un humano, una mosca o una buganvilla.

Después de escribir esto, Rocco lo observo, pero el tsunami era inminente, así que tomo su tablita de surf hecha de cocos y se fue resignado hacia el pueblo esperando lo peor.

jueves, 5 de febrero de 2015

Revolcón de verano


Parece común, parece que a todos os sucede, esa extraña necesidad de renunciar por completo a la reproducción. En esta ocasión era a roco a quien se le cruzaba esa idea recurrente de salir volando de vuelta a esas playas con caipiriñas, con bikinis y con volley de playa de verano. Qué tengo a cambio? Lo he dejado todo para dedicarme a criar un niño llorón, cagón, gastón, plutón y que encima algo me dice que va a morir crucificado clavado con púas de acero de los pies y las manos. Quesb? eso no es para mi. Todo este cuerpo atlético, todo este esfuerzo y tiempo dedicado a delinearme los bíceps, los tríceps, los cuádriceps y a sacarme la tenia solitaria. roco se detuvo dubitativamente y pensó en esa playa hermosa y luego pensó en esa crucificción dolorosa. no había dónde perderse el momento de tomar la decisión. debía recurrir al primer aeroplano con una playa en su logotipo y ni si quiera preguntar el tiempo estimado de viaje. pues roco es de ese tipo de chicos tropicaloides que por no terminar bonito la secundaria prefería una tabla de surf a una escuadra y un compás...
Fue extraño para él huir una tarde de verano porque fue una noche de verano que arribó a playas cariocas nuevamente, y fue en playas cariocas esa noche de verano que ni bien llegado y empujado por las caipiriñas y agua de coco, le agarrara la más grande calentura que había sentido, y no tuvo otra que cortejar a la dama que jugaba volley de playa, y en qué resultó? en una revolcón de noche de verano. nadie lo puede culpar de huir del páramo ventoso de verano a un revolcón con carioca en bikini en noche de verano. Nadie! Sólo él se culpó al enterarse días después que iba a ser padre de un niño de revolcón de verano. En realidad no podía saber si era niña o niño, pero si, todo era culpa del verano. Como dije al principio, el no estaba listo, el no quería criar niños crucifijosos, sangrientos y culposos, menos barbones hiposos y revoltosos. Así fue que roco inventó el mito de un tal espíritu arsenio lupo benítez santo, al cual luego dijeron que era una paloma medio hombre medio ave. Pero esa fue la versión mal traducida andina, ya que originalmente en verdad fue una gaviota de verano en playas cariocas que revoloteaba entre bikinis, caipirinhas y volley playero de verano...