el burro y la caballa

Pedro, Pedro!!! gritó María desesperada un día... Pedro estaba terminando de barnizar las patas de un closet para el "Coloradote Pichimahuida" como se hacía llamar el ahijado del hermano del alcalde del pueblito Jerusbalem lugar donde vivían. Pedro no escuchaba muy bien ya que medio atontado medio dopado por el riquísisisisimo olor del barniz, como él mismo lo describía, no llegaba a entender qué era esos gritos de su disque virginal mujer. Qué pasa mija, dice Pedro. Mira lo que apareció de repente en el patio, pero qué es eso? pregunta Peter. Es un pecebre responde María con voz de flauta traverza. Para Pedro era parte de una alucinación causada un poco por el barniz pero lo cierto es que ahí estaba, como por arte de magia, el pecebrito en el patio. El hombre trabajador no entendió nada pero lo único cierto es que a las 5 y 45, 30 minutos antes del fútbol el coloradote pasaría por el closet, me voy a trabajar pensó, cosas de mujeres susurró, pero siempre en tono cariñoso. Ni bien estaba por dar la segunda mano de barniz, ya tenía los ojos rojos cuando llega María corriendo casi patinando en el lustrado piso de parqqued, Pedro, Pedro, mi amor!!! mira, mira lo que está sucediendo en nuestro hogar, Pedro pensaba y ahora qué pasa mujer dejadme trabajar (así hablaban en ese pueblo), Pedro se acerca y ve un lindo burrito que acostadito en un costado del pesebre se lamía las pezuñas como lo hacen los gatos. Oh María, qué lindo burrico, cómo ha llegado ahí? María con los ojos de lado a lado, no se Pedrito, te juro que no se!!! Bueno, será un regalo Divino, o sea de José Javier Divino, era el único que tenía un criadero de burricas en la ciudad. Pedro le dice a María, mira mi amada mujer, yo se que estás felz con tus mascotas, pero ahora dejadme terminar de barnizad el closed del coloradoted, que venid a reirad este muebled en un ratitod... María le dice con voz de flauta traversa, mi vida es que no se qué pasa que andan apareciendo cosas extrañas en ese pesebre, mira ahora, y cuando regresan a ver, una extraña caballa mejor conocida como vaquita, bajaba colgada de una cuerda con un mecanismo extraño instalado en el techo del pesebre. Pedro pensaba en dejar el barniz inmediatamente y María le dice, espera no te vayas, falta la mejor parte, en mi pansita también están apareciendo cositas, mira, y salió corriendo se tiró en medio del burro y la caballa y extendiendo los brazos, dijo: "Mi Pedro, Mi pedrito, estoy preñadita, serás padre en pocos días", unas campanas sonaron en el ambiente, era las campanas de la puerta y Pedro pensó: "Oh my god, llegó el coloradote... y no he terminado el closed"